jueves, 29 de septiembre de 2011


A veces, nos encontramos personas a lo largo de nuestra vida, unos se quedan, otros se marchan por su propio pie, pero hay siempre alguna excepción, una persona a quien quieres mucho, muchísimo, pero por circunstancias, porque a su lado las cosas no van bien, tienes dejar que se vaya, realmente, solo quieres lo mejor para él, has intentado darle tu apoyo, has querido sacarle todo lo malo que traía a cuestas pero, no puedes intentar darle todo a alguien que responde mirando para si mismo. Yo una vez me enamoré, quizás fuera la mejor sensación que he tenido en mi vida, el ver a esa persona y sentir algo inexplicable, yo diría que un primer amor jamás se olvida, pero la gente puede tener razón, uno se puede volver a enamorar, una y otra vez; la verdad, eso no me preocupa, pero si, todos sabemos que vida hay una y hay que saber disfrutarla y quedarse con lo mejor de la gente, porque de cada persona, se puede aprender algo, y yo, he aprendido mucho, entre muchas cosas, que, no las despedidas son un adiós, también aprendí que cada persona guarda algo bueno aunque no siempre sepan sacarlo, que los sentimientos no son fáciles de olvidar si son verdaderos, que siempre tenemos un niño dentro que sacamos en los momentos oportunos y nadie debe olvidarse de él , también he aprendido que hay que saber llevar las cosas sin desesperarse y que todo lo que empieza, acaba.

miércoles, 14 de septiembre de 2011


La vida está llena de momentos, cada vez, más, a lo largo del tiempo queremos olvidar algunos de ellos, yo creo que todos alguna vez hemos dicho ' ojalá volviera al principio' o simplemente recuperar algo. Posiblemente conozcamos a más de una persona antes de conocer a la correcta, a la persona que, lo significa absolutamente todo aunque hay veces que te das cuenta de que no es para ti y tienes que dejar que se vaya. Yo creo que cuando una puerta se cierra, inevitablemente otra se abre, pero nos pasamos demasiado tiempo viendo a esa puerta que se cerró y olvidamos la que está abierta delante de nosotros. Es verdad, nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde, pero, también es cierto que no sabemos lo que hemos estado perdiendo hasta que lo encontramos. Nunca está de más entregar eso que llamamos amor, puede que no sea correspondido, puede que eso que tú sientes no crezca también en otra persona, pero aun así, alégrate al pensar que el tuyo a conseguido aumentar. Si realmente quieres que haya algo más, nunca debes decir adiós, no hay que darse por vencido y la esperanza, debe ser una de las últimas cosas que se pierden y , sobretodo, nunca le digas a alguien que no lo quieres si realmente no puedes dejarlo ir. El amor es algo que se debe esperar, sin presiones, intenta siempre ir a por aquella persona que, te hace sonreir en los malos momentos, aquella persona que con tan solo una sonrisa puede hacer que, de cierto modo, por decirlo de alguna manera, lo oscuro brille y porsupuesto, aquella persona que está a tu lado siempre. Se lo que quieras ser, sueña lo que quieras soñar, vete a donde quieras ir, porque solo tienes una vida y unas pocas oportunidades para hacer todo aquello que quieras. Aquellos que son felices, no es que lo tengan todo, es que saben aprobecharlo todo de cada cosa que encuentran en su camino y es por eso que son personas ejemplares, la felicidad busca a aquellos que lloran, a aquellos que quieren encontrarla, aquellos que la necesitan, aquellos que aprencian a todas las personas que han rozado o, entrado en su vida, y , el amor, siempre empieza por una sonrisa, avanza con un beso y acaba con una lágrima.

lunes, 12 de septiembre de 2011

...


(...) Así fue como terminé con suero inyectado en mi brazo, con las batas algo reveladoras de los hospitales, sacada forzosamente de mi paraíso y metida en un mundo blanco con sonidos eléctricos y comida poco apetecible. Durante mi estancia en el hospital, a mi familia y a mí nos informaron sobre la diabetes y sobre cómo puede manejarse. Tuve que aprender qué podía comer y cómo inyectarme a mí misma. Incluso tuve que mejorar mis habilidades matemáticas para poder contar carbohidratos. ¡Estaba agobiada! En lo único que podía pensar era, "Tengo solamente 14 años de edad! ¿Cómo puede haber sucedido esto?" 
Tenía algo de miedo de volver al colegio, no sabía cómo reaccionarían mis amigos, o lo que dirían. ¿Qué pasaría si me rechazan por mi enfermedad? ¿Se burlarán de mi?  ¿Y que pasaría si un desnivel repentino de azúcar en la sangre me hiciera quedar en ridículo?
Al principio, no hablé mucho sobre mi diabetes, después todos estaban interesados. Y con la ayuda de los profesores, que siempre me apoyaron, le explique de que se trataba, incluso me pidieron que se lo explicara a los alumnos del ciclo de actividades físico- deportivas, finalmente, se lo “explique”. Me hicieron preguntas cómicas "¿Es contagiosa?" (no lo es) y "Espera, eso quiere decir que nunca puedes consumir azúcar?" (Yo puedo). Pero disfruté dándoles explicaciones y cuando tuve momentos de bajadas de azúcar en la escuela, mis compañeros se dieron cuenta inmediatamente y fueron capaces de ayudarme.  Ante la iniciativa de todos mis compañeros me propusieron en el instituto hacer una fotonovela en varios idiomas tratando el tema, cosa que aceptamos todos sin duda y la realizamos los alumnos de la Sección Bilingüe, fue un proyecto interesante, y muy divertido, y gracias a el ganamos varios premios…  

martes, 6 de septiembre de 2011

Esto es así...


Llevaba mas de un año acarreando dolores de cabeza, era llegar a casa y quejarme de que me dolía la cabeza, y solo quería irme a dormir, ni cenar, ni nada. Tras la insistencia, mis padres me llevaron al medico para intentar buscar una solución, o, saber el porque de eses dolores. Me hicieron pruebas de todo tipo desde pruebas del olfato, de vista, hasta visitar al dentista por si era de algún diente, pero nada nos daba la respuesta, finalmente la médica me cito para un análisis, y así poder descubrir que era. Después de unos días volvieron a citarme para ver los resultados, todo aparentaba estar bien, a no ser, que no tenia defensas, pero ninguna… Revisaron mi libreta sanitaria para saber si tenía todas las vacunas, y aparecían todas menos una dosis de la hepatitis B. El resultado de todo esto (que en principio no tiene nada que ver con la diabetes, aunque se sospecha que pueda ser una causa) fue repetir todas las vacunas como si fuese un bebé.

A los pocos meses de llevar ya unas cuantas vacunas,  empecé a beber muchísimo, y de repente sentía (cada poco tiempo) que tenía que ir al baño. Cinco minutos más tarde, ya había bebido otro tanto y sentía necesidad de ir al baño otra vez. Pensé que era debido al agua que estaba bebiendo, así que comencé a beber menos. Aun así, mis viajes frecuentes al cuarto de baño continuaron. Le comenté esto a mis padres y en la siguiente cita para ponerme las vacunas, mi padre, que me acompañaba, se lo comentó a la medica, esta, dio “ordenes” de que me tomaran una muestra de orina inmediatamente, era la primera vez que lo hacía y tenia muchísima vergüenza. Cuando la analizaron encontraron restos de azúcar en ella, y la medica me dijo que quería saber mis niveles de azúcar en sangre, y allá me hicieron un análisis, este, de sangre. Mientras me lo hacían tenía algo de miedo, la verdad, por la sencilla razón de que tanto mi abuela, como mi bisabuela, como un primo tenían diabetes así que yo sabía lo que podía significar el resultado de ese análisis.     El resultado dio 560 ml de azúcar en sangre.
La médica pronto empezó a escribir papeles y me dijo que tenía que ir al hospital que allí me verían varios médicos…

viernes, 2 de septiembre de 2011

La vida dicen que es así.

“Tienes diabetes juvenil”

Esta frase no es algo que se escucha precisamente todos los días, ¿no es cierto? Sin embargo, esas fueron las palabras que cambiaron mi vida para siempre. El 1 de Noviembre del 2009 yo estaba acostaba en la cama de un hospital mientras médicos, educadores, endocrinos e incluso una psicóloga me explicaban por qué mi páncreas había dejado de funcionar y por qué no estaba produciendo insulina. Cuando me lo explicaron me quedé como atontada. ¿Diabetes? ¿Cómo es posible? ¿Por qué me pasaba a mí si yo no era de las que le gustaba el dulce? …

Quizás y esto ya traía una historia detrás, o quizás no.

te, te, te quiero.


Hagamos un cuento, una historia, hagamos un final feliz, o contemos algo que no se acabe nunca, hagamos que todo sea perfecto, que no existan los malos, que no nos pase nada malo, hagamos que no hayan rayadas, ni enfados, hagamos un lugar perfecto, que solo estemos, tu, yo y pocos mas. Hagamos la felicidad, hagamos una historia con muchas historias, hagamos anécdotas, experiencias, lecciones, y una vez tengamos todo eso... 
hagamos el amor.